Todo sobre el HVO o hidrobiodiésel

Reaprovechando recursos

El impulso a las fuentes de energía renovables es una realidad que va más allá de las centrales hidroeléctricas, los paneles fotovoltaicos o los parques eólicos. El terreno de los combustibles renovables es un buen ejemplo de ello y es que, en los últimos años, la apuesta por encontrar soluciones tecnológicas que permitan reducir la huella de carbono en el sector de la movilidad es una constante.

El HVO (Hydrotreated Vegetable Oil, es decir, aceite vegetal hidrotratado) o hidrobiodiésel, está ganando popularidad y ya se comercializa tanto en España como en otros países europeos como Finlandia, Letonia, Lituania y Estonia.

Además de ser un combustible bajo en emisiones, el HVO impulsa el reaprovechamiento de los recursos, mejora el rendimiento de los motores y contribuye a la transición hacia un futuro con menores emisiones de CO2.

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¿Qué es el combustible HVO o hidrobiodiésel?

El HVO o hidrobiodiésel es un biocombustible que se produce a partir de residuos orgánicos como aceites vegetales reciclados y grasas animales. A diferencia del biodiésel convencional, que se obtiene mediante un proceso químico de transesterificación (un método que convierte los aceites o grasas en biodiésel al intercambiar componentes con un alcohol), el HVO se produce mediante hidrogenación. Este proceso mejora la calidad del combustible resultante al eliminar impurezas, aumentar su estabilidad y rendimiento, y producir un combustible con mejores propiedades de combustión.

En la práctica, la hidrogenación implica la adición de hidrógeno a los aceites y grasas bajo altas temperaturas y presión, eliminando el oxígeno y creando una estructura química similar a la del diésel de origen mineral, pero con una huella de carbono significativamente menor. Esta característica constituye uno de los principales atractivos del hidrobiodiésel.

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Ventajas del HVO

Apostar por combustibles renovables como el HVO contribuye a reducir la huella de carbono, pero las ventajas del hidrobiodiésel van más allá. Estas son algunas de las más destacadas:

  • Reducción de emisiones de CO2El HVO permite una reducción significativa de las emisiones de dióxido de carbono en comparación con el diésel tradicional. Según el estudio internacional The significance of low carbon bio-alcohols and bio-ketones fuels for clean propulsion systems, -centrado en investigar cómo reducir las emisiones de los vehículos sin que afecte a los motores-, en el que ha participado la Universidad de Málaga y el Future Power Systems Group de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), este hidrobiodiésel puede reducir hasta un 90% de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
  • Mejora de la calidad del aire. El hidrobiodiésel produce menos emisiones de gases como el dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y otras partículas finas, mejorando la calidad del aire y, en consecuencia, minimizando los riesgos para la salud.
  • Compatibilidad con motores existentes. El HVO puede ser utilizado en motores diésel sin necesidad de realizar modificaciones, lo que facilita su adopción por parte de flotas de vehículos y maquinaria agrícola e industrial.
  • Mejora del rendimiento y vida útil de los motores. Este tipo de combustible renovable genera menos residuos en el motor, prolongando su vida útil y reduciendo los costes de mantenimiento. Además, gracias a su mayor número de cetano, el HVO puede mejorar el rendimiento del motor y reducir el consumo lo que, en la práctica, también supone un ahorro económico.
  • Optimización de los recursos y nuevas oportunidades. Al emplear aceites y grasas recicladas, el hidrobiodiésel promueve una economía que optimiza el aprovechamiento de los residuos. De este modo, al beneficio medioambiental se suman nuevas oportunidades económicas y laborales en sectores como el reciclaje y la producción de biocombustibles.

¿Cómo se produce el HVO?

Producir hidrobiodiésel es algo así como hacer alquimia con algo tan cotidiano como aceites vegetales usados (desde los empleados en el hogar, hasta los procedentes de restaurantes o de la industria alimentaria) y grasas animales. La producción se divide en varias etapas:

  1. Recogida y pretratamiento de las materias primas 
    Todo comienza con la recolección de aceites vegetales usados y grasas animales que, como decíamos, son residuos comunes en muchas cocinas. Estos aceites y grasas se tratan previamente para eliminar impurezas y contaminantes, asegurando que solo se utilicen materiales de calidad.
  2. Hidrogenación
    Una vez limpios, las materias primas se someten a un proceso de hidrogenación y, a continuación, son sometidos a la acción de altas temperaturas y presión en presencia de un catalizador. Este proceso, conocido como hidrogenación, elimina el oxígeno de los aceites y grasas, convirtiéndolos en hidrocarburos, que son la base del HVO. 
  3. Isomerización
    Los hidrocarburos resultantes pasan por un proceso llamado isomerización. Este paso mejora las cualidades del combustible, como su fluidez a bajas temperaturas, lo que lo hace ideal para su uso en diversas condiciones climáticas. En esta etapa se reorganizan los átomos dentro de las moléculas que componen el combustible -a través de distintas reacciones químicas- con el fin de mejorar propiedades.
  4. Destilación y refinado
    Finalmente, el producto pasa por una destilación y refinado, donde se elimina cualquier residuo no deseado. Este paso asegura que el HVO sea un combustible de alta calidad, listo para ser utilizado en motores diésel sin ningún problema. 

Repsol y los combustibles 100 % renovables

Lograr un futuro bajo en carbono depende, en gran medida, de la innovación. En el sector de los combustibles renovables, Los tipos y aplicaciones que desarrollamos en Repsol nacen de esa apuesta por la búsqueda de soluciones innovadoras. Dentro de este capítulo, eso sí, cabe distinguir entre combustibles sintéticos o e-fuels -aún en fase de experimentación- y biocombustibles, que son ya una realidad y están disponibles en un número cada vez mayor de nuestras estaciones de servicio en la península ibérica.

Un ejemplo de ello es Repsol Diesel Nexa, formulado a base de HVO de la compañía, 100% renovable y que cuenta, además, con el paquete de aditivación premium. Es importante señalar que ser el productor líder de HVO en la península ibérica, así como la primera comercializadora para el cliente final de combustibles 100% renovables en España, es el resultado de años de investigación en nuestro centro de I+D, Repsol Technology Lab. De hecho, disponemos de la primera planta de combustibles 100% renovables a gran escala de la península ibérica, un proyecto que supone un nuevo paso hacia una movilidad cuyo objetivo es reducir las emisiones de carbono. Esta planta, situada en Cartagena, tiene la capacidad de producir HVO y otros biocombustibles a partir de materias primas de origen orgánico.

Otro ejemplo de innovación tecnológica son los biocombustibles para aviones (biojet, o SAF, Sustainable Aviation Fuel en terminología anglosajona), que son la principal palanca para reducir las emisiones de CO2 en el sector de la aviación, ya que en su ciclo de vida completo evitan hasta el 80% de las mismas.  Recientemente -junto con Iberia- hemos firmado un acuerdo con Inditex que permite que el SAF de Repsol represente el 5% del combustible que Iberia emplea para transportar la mercancía de Inditex en sus vuelos.

La materialización de estas y otras acciones se observa en acuerdos como el alcanzado con el grupo de logística y transporte Sesé. En virtud del mismo, Repsol suministrará ocho millones de litros de hidrobiodiésel en los próximos dos años a los vehículos de la flota de la compañía. El acuerdo se suma a otros similares firmados con distintas compañías, con el fin de reducir las emisiones del transporte a través de nuestros combustibles 100% renovables.

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